martes, 15 de octubre de 2013

Cuerdas para cultivo de mejillón






Los cultivadores comienzan su cultivo con semilla salvaje (arrancada de las rocas) u obtenida en colectores (cuerdas en suspensión). Hay criterios opuestos sobre cuál de esta semilla es mejor para el cultivo. La semilla se encuerda. El encordado consiste en rodear una cuerda con pequeños mejillones que son sujetados a ésta envolviendo el conjunto con una especie de venda. Los "chorizos" así formados se suspenden verticalmente en el agua (cultivo vertical, suspendido, en cuerda), y mientras el tejido de la venda se descompone con el agua (y llega a desaparecer), los mejillones se agarran a la cuerda y entre sí por medio de su biso, quedando fuertemente apiñados.
Otro sistema usual de encordado consiste en "embutirlos" en una especie de red tubular, cuyas mallas acaban por romper al crecer los mejillones ya apiñados. A medida que los mejillones crecen aumenta el peso y el volumen de su conjunto, y como no todos los individuos están sujetos a la cuerda (aunque estén firmemente apiñados entre sí) pueden desprenderse de ella en grandes piñas y caer al fondo. Por esta razón, y para que la mayoría de los mejillones tengan el contacto más directo posible con el agua para mayor facilidad de bombeo y absorción de alimento, se sacan las cuerdas del agua, cuando el mejillón está a medio crecer, se separa todo el mejillón de ellas y se vuelve a encordar de nuevo, pero con menor número de individuos por cuerda. A esta operación se le llama desdoble porque con el mejillón de una cuerda se encubren dos (y hasta tres).

Las heces y seudoheces del mejillón bajo las bateas tienen gran importancia por su impresionante volumen en zonas de mucha concentración de polígonos y corrientes poco enérgicas, ejemplo de la ría de Arosa (Galicia-España). Sin embargo, no producen los efectos dañinos de toda polución por residuos orgánicos; por el contrario, han dado lugar a la aparición y proliferación de otras especies, como, por ejemplo, la nécora. Periódicamente los pescadores rastrean debajo de las bateas, con lo que oxigenan dicho fondo y esparcen los residuos, además de lograr buenas capturas de diversas especies que se alimentan de ellos (barrenderos). El medio no se ha contaminado, sólo se ha variado el equilibrio ecológico.

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